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LA NUBE: MÁS GRANDE ES MEJOR Muchos sistemas de gestión central (CMS) se basan en nubes externas, como Microsoft Azure, Google Cloud Platform, IBM Cloud o Amazon Web Services. En el sector de las infraestructuras se ha entablado un debate aún abierto sobre qué es más seguro: servidores locales o una solución basada en la nube. Una idea errónea muy extendida es que los proveedores de iluminación, como lo son las ciudades, pueden proteger mejor una aplicación local que una alojada en la nube. Pregúntese esto: ¿quién puede permitirse una seguridad mejor? ¿Quién puede permitirse un equipo internacional de personas para mantener los servidores y actualizar los protocolos de seguridad? Los sistemas en la nube le parecen menos seguros a alguien que no los conozca, pero si la infraestructura en la nube ha crecido exponencialmente con los años es precisamente por las medidas de seguridad que implementa. Empresas como Microsoft protegen sus servidores Azure con ciberseguridad de la mejor calidad para garantizar que los clientes que alojan sus plataformas se encuentren en el entorno más seguro imaginable. Baste un ejemplo: los servidores de Azure analizan 8 billones de señales de amenaza cada día. Schréder EXEDRA se basa en Microsoft Azure y aprovecha al máximo la seguridad en la nube de Microsoft. Podemos adaptar la implantación de nuestra plataforma basada en la nube para cumplir con las políticas o requisitos locales específicos cuyo objetivo es reforzar la seguridad y la privacidad de los datos. UNA NOTA SOBRE LOS NODOS La nube puede mantener los datos seguros, pero no es el sistema completo. La frontera del sistema de control es el nodo. Es su dispositivo de comunicación el que le da control sobre la luz y devuelve la información a su software para permitirle una mejor gestión del recurso. El nodo puede ser móvil y comunicarse directamente con su sistema, o estar en una configuración de retícula, en la que un grupo de nodos envía información a través de un nodo móvil cercano. Independientemente de la configuración, la comunicación inalámbrica es la primera vulnerabilidad que hay que tener en cuenta. Los ataques de « sniffing » son aquellos en los que el hacker intercepta el flujo de datos inalámbricos para así poder acceder a dispositivos o a una red para controlar parte de su sistema de iluminación. La industria lo ha contrarrestado cifrando estos dispositivos. El sistema de cifrado más común es el de 128 bits, y aunque el de 256 bits es posible, el uso de un nivel mayor de cifrado no compensa el consumo de potencia, que pueden considerarse innecesario. Como sucede con otros dispositivos IoT, las actualizaciones de firmware son habituales. Esto permite al fabricante actualizar los protocolos de seguridad a medida que se descubren vulnerabilidades o que cambia la tecnología. La solución Schréder EXEDRA salvaguarda la seguridad de extremo a extremo, aplicando políticas y reglas de seguridad en cada capa de la solución: dispositivo, comunicación, datos y la aplicación utilizada por el cliente para controlar el CMS.

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