La respuesta a los riesgos de ciberseguridad no es renunciar a los innumerables beneficios que los sistemas inteligentes pueden aportar, ya que personas de todo el mundo han experimentado mejoras en su vida diaria con las ciudades conectadas, sino mitigar el riesgo siguiendo las mejores prácticas del sector y creando sistemas fiables. Los gobiernos son muy conscientes de esto. En el corazón de la estrategia de ciberseguridad de la UE se encuentra la Directiva relativa a la seguridad de las redes y sistemas de información (NIS), que se lanzó en 2016 y que garantiza que los países supervisen la ciberseguridad en sectores críticos, como el transporte. Y, en abril de 2023, la Agencia de Ciberseguridad y Seguridad de las Infraestructuras de Estados Unidos y sus homólogos de todo el mundo publicaron nuevas directrices sobre las mejores prácticas de ciberseguridad para ciudades inteligentes. La respuesta a los riesgos de ciberseguridad no es renunciar a los innumerables beneficios que los sistemas inteligentes pueden aportar, ya que personas de todo el mundo han experimentado mejoras en su vida diaria con las ciudades conectadas. «Las ciudades inteligentes son un objetivo atractivo para los delincuentes y las ciberamenazas con el fin de sacar partido de sistemas vulnerables y robar datos de la infraestructura e información confidencial crítica, llevar a cabo operaciones de ransomware o lanzar ciberataques destructivos», señala el documento. Los sistemas seguros y fiables nunca fueron más importantes.
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